
Lincoln

Desde hace unos años, en correspondencia con su madurez creativa, Steven Spielberg está haciendo un repaso minucioso de los grandes hitos de la historia. Sólo hace falta recordar dos obras maestras como "Salvar al Soldado Ryan" y "La lista de Schlinder". Ahora, regresa a la gran pantalla con "Lincoln", una cinta con inequívoca vocación didáctica que le enfrentaba a un nuevo reto. Lincoln es posiblemente, junto con Kennedy, el presidente de los Estados Unidos más idealizado y el cometido de Spielberg, así lo ha declarado en multitud de entrevistas, era humanizar al mito. La cinta, cuya excesiva duración puede ser un hándicap, aborda los últimos y complicadísimos meses de mandato del presidente. Con la Guerra Civil americana viviendo sus últimos estertores, Lincoln se dispone a emprender la iniciativa por la que entró por la puerta grande en los libros de Historia, la abolición de la esclavitud.
Sin duda el filme es una lección de la trastienda de la política americana -cuyos hábitos se mantienen en el tiempode cómo Lincoln demostró ser un hábil negociador y un hombre práctico aunque persiguiese lo que entonces parece una utopía. Spielberg disecciona con acierto todo ese entramando político sin agotar al espectador, aunque a veces, justo es reconocerlo, le falta pulso y ritmo narrativo. La razón no es otra de que la película está impregnada de solemnidad, que no pomposidad, que le resta potencia cinematográfica. También Spielberg ha sucumbido a la envergadura del personaje.
Con todo, es una de las mejores películas del año, porque este director lleva el cine en las venas y sabe cómo mantener atrapado al espectador, y les transporta a una máquina del tiempo con eficacia y sin argucias innecesarias.
Capítulo aparte merece la monumental interpretación de Daniel Day-Lewis, el actor más completo y talentoso de su generación. Ganador de dos Oscar, y al cierre de esta edición se puede asegurar que tendrá un tercero por este papel, Day-Lewis aporta al personaje humanidad, dignidad y gravedad. Le baja del púlpito y lo pone a ras de suelo para hacerlo carne y dejar de ser un icono. Es una interpretación complejísima y absorbente. Day-Lewis está acompañado por un excepcional reparto, lo mejor de la película sin duda, con Sally Field y Tommy Lee Jones que se unen a esta producción que debería ser vista en todas las escuelas.©
LINCOLN
Director: Steven Spielberg
Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Sally Field, Tommy Lee Jones
Cecilia García
Colaboradora de la revista Crítica - Cine -.

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