
Titanic

El reestreno de ”Titanic” señala el futuro del cine concebido como el acto de ir a ver una película en la gran pantalla: o la producción es en tres dimensiones o simplemente no existirá en la cartelera. La culpa hay que buscarla en el mercadeo ilegal de películas y, sin duda, en los nuevos hábitos de los espectadores que, más comodones, han dejado de considerar que ir al cine es un evento. Lástima para los que consideramos que sigue siendo un ritual. “Titanic” provoca todas estas reflexiones y también es una de las ejemplos más sólidos de por qué el cine todavía tiene sentido como espectáculo de masas que, si se quiere disfrutar en toda su plenitud, tiene que ser visto en una sala previo paso por la taquilla.
El ambicioso James Cameron concibió “Titanic” como una megaproducción que devolvía a Hollywood a su época dorada. Y no se equivocó porque la cinta rezuma clasicismo. La subversiva historia de amor entre Leonardo DiCaprio y Kate Winslet , que trasciende las clases sociales, tan eficazmente identificadas a principios del siglo XX, bebe de las fuentes del romanticismo clásico por cuanto tiene un inicio, nudo y desenlace que no puede ser más ortodoxo. Cameron da al espectador lo que espera: un romance “comme il faut”. Muchos pensamos entonces que el amor entre DiCaprio y Winslet sería una excusa para el aluvión de efectos digitales que se nos iba a venir encima. Entonces y ahora nos equivocamos. Sí, efectivamente el principal gancho de “Titanic” era su repertorio de secuencias espectaculares donde los técnicos de efectos visuales echaron el resto, pero se sostenían sobre una buena historia. Si no, la película sería una virguería técnica que se olvidaría con la misma rapidez con la que se vería. Algo que no ocurrió. De ahí que, para quien esto escribe, considere que el reestreno de “Titanic” en 3D es un estreno en toda regla y no solamente un guiño comercial. El espectador de ahora se quedará fascinado ante una película que, en tres dimensiones, resulta más poderosa visualmente y dramáticamente. Porque no olvidemos que el 3D tiene sentido y resulta más efectivo cuanto mejor sea el guión de la película. Es el 3D el que se tiene que poner al servicio de la historia y no al revés, como ha ocurrido en numerosas ocasiones.
Merece la pena volver a ver “Titanic” porque el espectador verá otra película, más espectacular, intensa, enérgica… cine en estado puro en definitiva.©
Director: James Cameron
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Kate Winslet
Cecilia García
Colaboradora de la revista Crítica - Cine -.

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El artículo marco de este monográfico es “El feminismo hoy”, punto de partida para ahondar en el conocimiento de la mujeres que han destacado en el campo del saber y de la cultura. Haciendo un repaso de todos aquellos iconos femeninos de la literatura, la ciencia y la investigación, en el cine y la publicidad, mujeres en el poder, la educación, el deporte, la poesía y la religión.
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