El maestro del Prado

El maestro del Prado no es una novela al uso, sino más bien un relato de enigmas al más puro estilo de Javier Sierra. Circunscrito en este caso a ciertas pinturas del Museo del Prado.
Este escritor es conocido sobre todo por sus libros especializados en descubrir –o al menos en investigar– enigmas del pasado, bien sean libros, obras de arte o hechos históricos misteriosos, a base de un esforzado trabajo de campo y una seria documentación. Buena parte de su tarea profesional gira alrededor de búsqueda de hechos o sucesos ocultos y enigmáticos. Colabora en el programa Cuarto Milenio de Iker Jiménez, aclarando los motivos de censura de muchos libros a lo largo de la historia. Es consejero editorial de la revista Más allá de la Ciencia. Fue uno de los fundadores de la revista Año Cero. Y mantiene distintas colaboraciones en otros medios, especialmente radio y prensa escrita. Todo lo cual evidencia una inquietud del autor por descubrir sucesos misteriosos, no esclarecidos, que le llevan a viajar e indagar sin descanso para resolver alguno de ellos.
Reinvención de la exclusión social en tiempos de crisis

A nadie se nos escapa a estas alturas que la crisis global que padecemos es un hecho total que afecta a todas las dimensiones de lo real. Nos afecta al modo de ser humanos, de sentirnos parte de una sociedad y de cómo proyectar solidariamente el futuro común de la humanidad. La crisis se presenta como un hecho global, cuyo alcance no deja nada fuera de la convulsión, dice García Roca, y añade más adelante: el impacto social de la crisis global es de tal magnitud que afecta a todas las dimensiones de la persona y a todos los elementos de la sociedad. García Roca nos ofrece una reflexión sistemática e integrada de los diferentes problemas que ha suscitado la crisis y apunta: Si estamos ante una crisis total, no hay salida económica sin respuesta política, no hay respuesta política sin cambio cultural, no hay transformación cultural sin movilización social.
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El árbol de fuego

Pilar de Arístegui se dio a conocer como pintora y gemóloga antes que como escritora. Y confiesa que la evolución de sus pinturas, desde escenas familiares a las fiestas populares españolas, por su gran luz y fuerza, la fueron convirtiendo en cronista de hechos: "pintaba lo que quería contar de una época", dice ella. Prueba de esto son los títulos de algunas de sus obras pictóricas: "Hacedores de España", "Hacedores de América", "Diario ilustrado de Colón"...
Son muchas las exposiciones presentadas por la pintora desde 1975, unas en Madrid y otras en distintos puntos del mundo debido a su propia biografía. Nacida en Bruselas, estudió en Madrid, París y Nueva York. Como esposa del embajador Abella ha vivido en Italia y Kenia. Actualmente, en medio de sus numerosos viajes, pasa mucho tiempo en Ibiza, donde declara encontrar la paz y el reposo que necesita.
Esta capacidad suya de crear crónicas a través de la pintura es quizá lo que mejor explica su paso a la literatura, paso que Arístegui dio con gran acierto con su primera publicación en el año 2010.
El camino del alma hacia el amor

El poeta Miguel de Santiago es periodista y sacerdote. Un conjunto de circunstancias que, bien mezcladas, como es el caso, dan un resultado especialmente interesante, original y sustancioso. El poeta usa la lírica de forma excepcional, sus versos cantan para producir en el lector una espléndida experiencia estética. El periodista maneja las palabras con la claridad y la precisión propias de un oficio de años. El sacerdote parece hecho para transmitir la Palabra con gran persuasión. Miguel de Santiago, además, es crítico literario y su vez ha sido considerado por algún crítico como "el máximo poeta religioso de hoy". Su obra ha merecido importantes galardones como el Premio Rielo de Poesía. En este volumen el autor recoge su obra poética, comentada por él mismo, una poesía de inspiración evangélica "para comunicar esperanza", afirma.
La marca del meridiano

El Premio Planeta 2012 confirma que la novela policiaca está en auge. Y si además el contenido refleja cuestiones de nuestra sociedad actual en un estilo realista y ágil, ahí tenemos la razón del éxito de La marca del meridiano de Lorenzo Silva.
Es bien conocida y aplaudida la trayectoria de este autor en este género de novela de intriga. Precisamente La marca del meridiano es la séptima entrega de una serie protagonizada por dos guardias civiles, la más madura según el autor, cuya primera entrega, El lejano país de los estanques, apareció en 1998.
Silva ha comentado repetidas veces que, siendo él un empedernido lector de novela negra y policiaca, protagonizadas en general por detectives y policías, le parecía chocante que un Cuerpo como el de la Benemérita, que lleva más de siglo y medio investigando y descubriendo crímenes, no protagonizara ninguna historia en la que reivindicar la entrega y compromiso de dicho Cuerpo. Y fue así como apareció esta pareja que a lo largo de estos años no sólo han ido evolucionando psicológicamente, sino que ha ascendido como corresponde: protagonizan la obra el brigada Rubén Bevilacqua y la sargento Victoria Chamorro.