Los vivos y los m(íos)

El teatro está cambiando. Desde un tiempo a esta parte la monstruosidad hierática y sorda que parecía ser, está transformándose y tornándose en evolución, en supervivencia, en el organismo vivo que yo personalmente deseaba y siempre sospeché. Lo estático está muerto, es impermeable, eterno, parcial. Todo lo demás es vida, se mueve, huele, respira y se arrastra hasta incorporarse. El teatro necesita del público, y el público necesita sentir que el teatro ocurre gracias a él, que es para él, sólo para él. Se busca un teatro generoso, activo, implicado con el espectador y no con esa masa ingente que sólo se distingue de la anterior por el número de butacas ocupadas y por el distinto envoltorio de chicle abandonado en el suelo de la moqueta. El teatro por fin ha descubierto que debe liberarse del teatro para ser más teatro. La cuarta pared se ha ido transformando poco a poco en un inexpugnable telón de acero que aísla y separa al espectador alienado del espectáculo independiente. Ahora el teatro debe ocupar nuevos espacios no convencionales, nuevos lugares comunes donde el espectador se desubica y se encuentra en casa. Una nueva intimidad.
Teatro infantil. Programación familiar

Cada vez con mayor frecuencia, los teatros antiguos o nuevos, públicos o privados, contemplan en su programación la franja de espectadores más jóvenes. Y esta oferta de teatro infantil, que cada vez más se presenta como “Programación familiar”, no olvida al público escolar como ocurre con el más veterano el Jove Teatre Regina, así como también el Guasch, el Poliorama y el SAT (Sant Andreu Teatre). Desde el veterano Regina a la Sala Atrium con apenas un año de vida y que ha vuelto a traer a Barcelona a los entrañables títeres de Marduix, se extiende una amplia oferta: La Puntual (que sigue la herencia de títeres que comenzó el Malic), el Teatre del Raval, el Tantarantana (tambien de larga trayectoria), el Teatre Gaudí Barcelona, el Teatre Nacional de Catalunya, el Teatreneu, la Fundacion Miró, el Pueblo Español, la Casa Elizalde, el Cincómonos, el Teatre Mesón el Rei de la Magia… Ofertas que se incrementarán de cara a las vacaciones de Navidad y que ganarán plazas y parques en primavera, o cuando el tiempo lo permita.