
La mediación ante los casos de separación familiar

La mediación es un método alternativo de resolución de conflictos diverso al método judicial. Se trata de un proceso, específico y estructurado, en el que una tercera persona, sin capacidad decisoria, imparcial y ajena al conflicto, ayuda a los participantes a recuperar su capacidad de resolución dirigida a la obtención de una solución mutuamente aceptable.
La especificidad de la mediación familiar radica en el objeto del conflicto, la relación familiar.
En supuestos de ruptura de pareja, las soluciones ofrecidas por la mediación familiar suponen evidentes ventajas frente a las soluciones proporcionadas en el ámbito judicial.
Como primera aproximación y, dado el protagonismo de las partes que son quienes obtienen y elaboran sus acuerdos, la solución alcanzada en el ámbito de la mediación se adaptará y diseñará de conformidad con las necesidades y características de la propia familia. Los acuerdos obtenidos en sede de mediación van a resultar soluciones “a la carta” de la propia familia. Además, la propia dinámica del proceso va a permitir, habitualmente, a los participantes mantener una continuidad en sus relaciones, absolutamente necesaria en aquellos supuestos en los que existen hijos comunes. Ello llevará aparejado, además de un mayor grado de satisfacción, una menor incidencia de incumplimientos, frente a las soluciones impuestas por terceros.
Para que las soluciones resulten mutuamente aceptables, ambos intervinientes han de percibir su objetiva y personal ganancia y ello, sólo puede ser alcanzado desde un ámbito no adversarial y de colaboración. La propia dinámica de trabajo entre los participantes lleva aparejada una efectiva reciprocidad. Tras un trabajo de tales características, en el ámbito del cuidado y atención de los hijos comunes, inevitablemente se produce una efectiva corresponsabilización entre progenitores.
Así contemplado, de forma sintética y simplificada, parecería evidente la excelencia del sistema. Pues bien, no siempre es factible, ni tan siquiera iniciar o plantearse la resolución a través de dicha vía. En un conflicto en el que la emoción está tan presente y puede llegar a distorsionar la propia capacidad de las partes, la decisión de abordaje de las consecuencias de una ruptura de pareja, de forma personal y no a través de representantes requiere, entre otros aspectos, de un evidente grado de madurez personal, así como de generosidad. Asumir como deseable el binomio ganar-ganar, sin que uno de los objetivos primordiales sea el conseguir la pérdida del otro, asumir la negociación desde planos de igualdad, “ponerse en los zapatos del otro”, cuando, muchas veces, un objetivo más o menos explícito, suele ser obtener una indemnización moral, no resulta muy habitual, ni tan siquiera comprensible en muchos ámbitos.
La mediación familiar no es la panacea en el abordaje de los supuestos de ruptura de pareja pero, indefectiblemente resulta una alternativa frente o, de forma complementaria a las soluciones ofrecidas desde la vía judicial, por su específica metodología de trabajo así como óptica diversa.©
Olga Lajo Rodríguez
Abogado de familia y Mediadora familiar

Los menores en España
Monográfico dedicado a la situación de los menores en España, desde la perspectiva de diversos especialistas y estudiosos de diferentes campos profesionales, se pone de relieve cuál es la realidad que viven hoy los menores en nuestro país. Con ello esperamos dar protagonismo a aquellos más indefensos en nuestra sociedad y hacer visible la situación precaria en la que se encuentran muchos niños/as y adolescentes que viven en un entorno hostil, tanto educativo, como jurídico, como social.
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