Modernidad y transmodernidad: Hacia una mirada sobre la mujer y los valores femeninos

La Modernidad es el escenario en el que se desarrolla con mayor fuerza el proceso emancipador de las mujeres, verdaderas resistentes, pioneras en la lucha por hacer el planeta más equitativo y habitable. Ellas anticipan muchos de los valores del actual pensamiento transmoderno, valores que, denominados tradicionalmente “femeninos”, hablan de la no violencia, del cuidado de la naturaleza y de lo pequeño, de la comunicación..., y se han convertido en propuestas morales que alcanzan a hombres y mujeres para la construcción de un planeta más equilibrado ecológica y socialmente.
¿Qué paradigma rige la sociedad patriarcal?
Leer más:Modernidad y transmodernidad: Hacia una mirada sobre la mujer y los valores femeninos
Iconos femeninos en la educación

La multiplicidad de iconos con los que se pretende atraer nuestra atención y poner a prueba nuestra voluntad en las sociedades actuales: iconos de la moda, de la canción, del arte, de la riqueza, del éxito, del poder, de las ideologías, de las profesiones, del ocio, y tantos más, han quitado transcendencia a eso más grande a lo que debería conducir la imagen o el signo con que se nos muestran, a lo que buscan representar y a lo que significan. La admiración que saben inspirarnos, la cercanía que produce su simbolismo, y la posibilidad de sopesar el elegirlos como camino para conmover una parte de nuestro interior y de nuestras decisiones, hace que, además de imponerse a nuestra mirada, reclamen adhesión y conformidad.
No sé si podemos considerar como uno de los iconos culturales de nuestro tiempo la transformación que ha experimentado el mundo de las mujeres, su condición social, su identidad, el ritmo y las modalidades de su presencia en escenarios que no es fácil ya concebir sin la participación y hasta el protagonismo femenino. Pero es, sin duda, una realidad más expresiva que cualquier otra imagen, la cual no deja de avisarnos de que quizás sea inteligente vivir este presente ineludible de modificaciones como lugar estratégico del futuro. Porque una toma de postura así nos llevará a percibir la necesidad de aprendizajes de vida que no se conformen con la lectura apresurada de los hechos, sino que calcule el beneficio de unos cambios que afectan al estilo de las relaciones, al contenido de las certezas, a la orientación de los proyectos personales y colectivos.
Mujeres al poder, sin género de dudas

Desmontando estereotipos.
Las ideas
…Se debe entender a las mujeres en términos de relación con otras mujeres y con los hombres, no en términos de diferencia y separación… ciertas diferencias físicas se utilizan para legitimar relaciones ya existentes, en concreto las de poder, clasificando al otro grupo como inferior, negándole el derecho a ser igual, a ser diferente.1
La conciencia de pertenecer a un sexo –concepto biológico–, está tradicionalmente asociado, en cada grupo cultural, a patrones de comportamiento diferenciado para hembras/varones. La socialización de esos roles se realiza a través de aprendizajes2, realizados por instituciones o grupos sociales que transmiten cómo debe de ser un sujeto según su género –concepto cultural–. Se aprende, por tanto, a ser hombres y mujeres a través de un adiestramiento en las normas, creencias, actitudes, roles… que reproducen, perpetúan y legitiman el sistema dominante3.
Hacer visibles las relaciones de poder injustas y discriminatorias entre hombres y mujeres es desenmascarar las desigualdades socio-culturales para llegar a la democracia de género y poder modificar así la posición de las mujeres, como personas, como seres humanos, en la división del trabajo, reparto de las riquezas, del poder, de las relaciones, en el uso de símbolos, del lenguaje… de esta manera se podrán ir superar las desventajas y construyendo una ciudadanía planetaria sin ningún tipo de exclusión.
Los iconos de la publicidad y el mundo audiovisual

De Hello Kitty a la Loba de Shakira
La cultura audiovisual es la reina de nuestro mundo. Abarca todos los ámbitos de nuestra vida, incluso los más pequeños, cotidianos o insignificantes. Los espacios audiovisuales, ya sean la publicidad, los medios de comunicación de masas o Internet no son meros instrumentos para la comunicación, sino que captan nuestra atención y nos redirigen el comportamiento. Su interés no se centra sólo en la dinámica del consumo, como podríamos suponer en décadas pasadas, sino que ahora, más que nunca, transmiten un paradigma vital, un pensamiento que modela la vida cotidiana de las personas.
La cultura audiovisual vende modos de vida, modos de ser, valores a adquirir, formas de sentir… en resumen, visiones del mundo. La vida de hombres y mujeres se encuentra atravesada por el condicionamiento mediático que nos presiona para elegir los modelos femeninos y masculinos que dictan las imágenes que vemos. Estos iconos, en la actualidad, retoman los modelos sexistas de décadas pasadas, dividiendo a la población en roles de género perfectamente definidos, que limitan las posibilidades y capacidades de las personas, a las que se niega la posibilidad de construirse con otros parámetros sociales.
Sus labores: De la sección femenina a Superwoman, pasando por Martirio

Por más que personas desavisadas pudieran pensarlo, ama de casa no designa a la propietaria de una vivienda. El Diccionario de la Real Academia explica que es la “mujer que se ocupa de las tareas de su casa”. Puesto que tiene valor normativo (y muy expresivo de la sociedad que lo sustenta), así debe ser; y no, no tiene forma masculina. Según la encuesta de población activa de 2005, el 98 % de las amas de casa son mujeres. “La visión del trabajo doméstico como una actividad realizada naturalmente por las mujeres –señala el Instituto de la Mujer– está arraigada en el entramado social y es compartida por las propias amas de casa.”
En un trabajo publicado en la Revista de Relaciones Laborales en 2006 sobre los cambios en la división sexual del trabajo y dinámicas identitarias en Bélgica, uno de los encuestados explica: “Declaré ser padre en casa en el Ayuntamiento, pero no lo aceptaban. Me decían que no era posible. Yo les respondí preguntando si no incluían en el registro a las amas de casa, me contestaron: ¡Ah si! Entonces les dije que podían poner padre en casa. Aunque fue una mujer la que me atendió, me dijo que consultaría si era posible incluirme así”.
Leer más:Sus labores: De la sección femenina a Superwoman, pasando por Martirio
Historia y perfiles de algunas mujeres científicas

Cuando hablamos de iconos nos referimos a representaciones que producen un cierto impacto en nosotros aunque no sean perfectas; del icono se esperan armonía, belleza, simplicidad. Cuando el icono no es una imagen sino una persona humana, se convierte en referente: observamos aspectos de su personalidad con los que nos identificamos aunque no coincidan exactamente con los nuestros. A lo largo de la historia de la ciencia, las mujeres han sido iconos referenciales fundamentalmente por dos cosas, su calidad humana y su excelencia científica.
Breve visión histórica y cambio historiográfico
La contribución femenina a la ciencia ha estado filtrada durante siglos por numerosos estereotipos derivados de la propia concepción de la ciencia: fría, objetiva, conceptual…Y la psicología femenina del momento, que definía a la mujer por la sensibilidad y los sentimientos. Su tardío acceso a la Universidad ha contribuido asimismo a proyectar una imagen estrictamente masculina en la ciencia, con escasas excepciones, y los campos a los que ha podido acceder con más facilidad a lo largo del tiempo, han sido los de la medicina (la mujer asociada al “cuidado”, muy especialmente la obstetricia) y los que requerían medidas repetitivas, como la cristalografía o la astronomía), siempre en dependencia de colegas varones.
Iconos femeninos en religión hoy

En el siglo XX han vivido multitud de mujeres que merecen ser recordadas en este siglo XXI como icono y referencia, por sus valores humanos y religiosos. De entre esa “nube de testigos” hemos seleccionado tres mujeres que tienen algunos rasgos en común.
Los rasgos en común que tienen las mujeres que hemos seleccionado son: a) las tres estudiaron filosofía y fueron intelectuales, estudiosas y buscadoras, en unos años en los que esa actitud era una excepción; b) se convirtieron al cristianismo, y a partir de ese momento su vida dio un giro total, empezando lo que ellas consideraron un segundo nacimiento; c) trabajaron apasionadamente por la justicia social y la evangelización de la sociedad de su tiempo, a pesar de las incomprensiones, burlas, persecuciones o cárcel; d) fueron coherentes y fueron dando giros a su vida, contracorriente, siguiendo los dictados de su conciencia.
Vamos a desgranar sus vidas, para rescatarlas del olvido y proponerlas como icono valioso, en este momento en el que abundan los ídolos con pies de barro.