Atrapados en las redes sociales

El atractivo de Internet para los jóvenes es que se caracteriza por la respuesta rápida, las recompensas inmediatas, la interactividad y las múltiples ventanas con diferentes actividades. El uso es positivo, siempre que no se dejen de lado el resto de las actividades propias de una vida normal (estudiar, hacer deporte, ir al cine, salir con los amigos o relacionarse con la familia). Otra cosa es cuando el abuso de Internet provoca aislamiento, induce ansiedad, afecta a la autoestima y le hace perder al sujeto su capacidad de control.
Las motivaciones para tener cuenta en las redes sociales virtuales (Twitter o Facebook) son múltiples: ser visibles ante los demás, reafirmar la identidad ante el grupo, estar conectados a los amigos. El anonimato produce terror, del mismo modo que asusta la soledad. En las redes sociales se vuelcan las emociones, con la protección que ofrece la pantalla y se comparte el tiempo libre por medio de la localización de personas, del chat, del envío de mensajes o del intercambio de fotos y vídeos. Hay personas que pueden incluso creerse populares porque tienen listas de amigos en las redes sociales.
El nuevo universo de formas familiares

A lo largo de la historia y de las diferentes culturas podemos observar cómo la organización en familias es prácticamente universal, aunque sean diferentes las normas, los valores, los tipos de vínculos y las estructuras sociales que la sustenten. Podríamos definir a la familia como un grupo de personas vinculadas entre sí que se estructura como un sistema sociocultural abierto, es decir, como un sistema relacional más o menos pautado y estable gracias al equilibrio que mantiene entre la tendencia a la continuidad y la constante transformación a la que le somete el cambio de alguno de sus miembros o del contexto en el que se inserta, y que cumple con una serie de funciones fundamentales para la supervivencia de sus miembros y de la sociedad de la que cada familia forma parte.
Uno de los cambios más relevantes que ha vivido la familia nuclear en nuestros tiempos proviene del auge de la psicología como eje transversal de nuestra cultura y fundamento de muchos de sus anhelos principales. El deseo de realización personal, el individualismo y la progresiva subjetivización del ámbito relacional han convertido a la familia, institución rígida y bien pautada en otros tiempos, en una realidad fundamentalmente psicológica desde el punto de vista de los que vivimos en ellas.
¿Cómo afrontar en el ámbito familiar el uso de drogas ?

Enfrentarnos al fenómeno de las drogas en nuestros hijos e hijas adolescentes es algo que aterroriza a la mayoría de las familias. Nadie tiene claro si es bueno o malo hablar de ello, si llegamos demasiado pronto y, por tanto, despertamos un interés que no existía o si llegamos demasiado tarde y ofrecemos información inútil.
Por suerte para todos, el problema del consumo de drogas no tiene nada que ver con lo que años atrás suponía, pero eso no quiere decir que, aunque haya desaparecido del imaginario social, nos encontremos con un problema menor del que haya que desentenderse, especialmente cuando hablamos de adolescentes y jóvenes. Según datos del Plan Nacional Sobre Drogas en la encuesta Estudes (2010) sobre estudiantes de enseñanzas secundarias de 14 a 18 años, las drogas más consumidas por nuestros adolescentes son en orden de importancia el alcohol (75,1% alguna vez en la vida, 63% en los últimos 30 días), el tabaco (39,8% y 26,2%) y el cannabis (33% y 17,2%). Las edades medias de inicio para el tabaco y el alcohol son entre los 13 y 14 años, y de 14,7 años para el cannabis. Si hablamos en función del sexo de los adolescentes, la proporción de chicos que consumen drogas ilegales es mayor que la de chicas y, en cuanto a las drogas legales y fármacos tranquilizantes la proporción se invierte.
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Hijos agresores, cosa de dos

¿Qué es la violencia filio-parental?¿Por qué se produce?¿ Qué se puede hacer para que remita? ¿Soy un mal padre o una mala madre por sufrir este tipo de violencia? ¿Es mi hijo una persona sin sentimientos cuyo único objetivo es tiranizar a sus padres?
Estas son un ejemplo de las preguntas que sociólogos, psicólogos, jueces, fiscales, profesionales sanitarios, docentes y padres que están en contacto con esta problemática se hacen a menudo. Y estas son las preguntas que nos hacemos en el Programa Recurra-Ginso, programa que nace para atender a familias en conflicto, en las que los hijos ejercen violencia sobre los padres.
El Programa Recurra-Ginso cuenta con un Centro Terapéutico Residencial, Campus Unidos, situado en el vértice de las provincias de Madrid, Cuenca y Guadalajara, en el término municipal de Brea de Tajo. En dicho Centro conviven y reciben tratamiento a día de hoy 45 chicos y chicas que han ejercido algún tipo de violencia hacia sus progenitores.
El derecho canónico ante las nuevas situaciones familiares

En esta breve aportación pretendemos simplemente presentar el tratamiento que desde el derecho canónico se ofrece ante situaciones que para tal disciplina se pueden calificar más bien de irregulares que de nuevas. Las demás vertientes eclesiales desde las que se puedan afrontar estas realidades: pastoral, moral, etc. exceden con mucho los límites de este trabajo. Tampoco pretendemos desde aquí valorar la actual disciplina canónica de la Iglesia en este ámbito familiar, sólo exponerla para que si dicha valoración se hace sea partiendo de la actual regulación eclesial y de su fundamentación.
Vamos a referirnos a cuatro de estas uniones que creemos engloban las principales situaciones familiares que la Iglesia no reconoce como válidas, aunque la fundamentación y consideración de todas ellas no sea para nada uniforme. Serán el matrimonio homosexual, las parejas o uniones de hecho, el matrimonio civil de quien ya contrajo matrimonio válido para la Iglesia y el matrimonio civil de los católicos que no tendrían obstáculo para contraer en forma canónica. Será en este último supuesto en el que más nos detengamos, pues creemos que es él que necesita mayores matizaciones en su valoración y al que la disciplina eclesial da más entidad.
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Ciclo vital y resiliencia familiar

La vida está llena de ‘quiebres’. Todos nos enfrentamos con un número incontable de ellos. Que estos ‘quiebres’ tengan una valencia positiva o negativa, es diferente en cada uno de nosotros.
En coaching, quiebres se define como situaciones que rompen el fluir normalizado de nuestra vida, de nuestras acciones y tareas, generalmente simples y cotidianas, haciendo que tomemos conciencia y prestemos atención a lo que hasta entonces pasaba desapercibido: una pelea con un amigo, un suspenso en el colegio, cambiar de curso, una ruptura sentimental, un embarazo, una pérdida, una enfermedad, un pinchazo en la rueda del coche, perder la agenda, ganar el Euromillón, obtener el tan deseado trabajo… Todas estas situaciones hacen que tengamos que pararnos, reflexionar, valorar el peso de las demandas, valorar nuestros recursos para afrontarlas, y tomar decisiones. Vivirlas como retos, o como crisis, depende de cada uno.
La adopción: claves para entenderla

Cada vez son más frecuentes los trabajos que se centran en estudiar las diferencias entre la paternidad adoptiva y la biológica.
Es un tema complejo dada la dificultad para poder generalizar, puesto que en el proceso adoptivo influyen múltiples variables. En este sentido, podemos decir que el estilo educativo de los padres, la edad del niño al ser adoptado, el país de origen, su historia previa y sus capacidades cognitivas y emocionales entre otras, son circunstancias que van a influir en el desarrollo psicosocial del niño y por tanto en la consolidación de una adopción de éxito