
Sentido común

El buen uso de la inteligencia natural
Toda ciencia y toda filosofía son sentido común ilustrado
(Karl R. Popper)
1. No el “sentido común” al que se refiere el Diccionario de la RAE como el modo de pensar y proceder tal como lo haría la generalidad de las personas, que sugiere limitarse a reproducir tópicos y lugares comunes, prejuicios, comportamientos estándar y actitudes acomodaticias.
Sino más bien el señalado en el Diccionario de Uso del Español: Buen sentido.
Sensatez. Capacidad de juzgar y obrar acertadamente. De eso se trata.
2. Estamos en manos de técnicos de todo tipo expertos cada uno en su rama, nos fiamos de los especialistas que seguramente sabrán mucho de lo suyo, votamos a políticos avezados que se nos muestran capaces y seguros, nos guiamos por el pronóstico de prestigiosos economistas y depositamos nuestros ahorros en entidades bancarias de reconocida solvencia, consultamos a reputados abogados y juristas eminentes y confiamos que en el dictamen de los jueces se sustancie la ecuanimidad, adoptamos las opiniones de sesudos intelectuales muy enterados ellos…
3. Pero a la hora de las actuaciones prácticas pertinentes advertimos con estupor a tales profesionales tan preparados faltos del más elemental sentido común, un sentido que la naturaleza no nos ha negado a tí y a mí, gente de a pie, sin grandes luces de arcana sabiduría, con un bagaje básico para ir saliendo adelante como buenamente entendemos siguiendo nuestro buen juicio, y paréceme a mí que no andamos tan desencaminados como ellos a veces, ¿no?
4. ... viendo cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo un sepulturero.
Para enterrar a los muertos como debemos cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero (León Felipe).
Atareado como está en la consabida materialidad de su rutinaria faena no repara en la trascendencia humanitaria de su oficio y en la gravedad del momento.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto, concluye el poeta, recomendando que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
5. Un día todos sabemos hacer justicia; tan bien como el rey hebreo (León Felipe), nosotros, desconocedores de los prolijos protocolos de actuación de los escrupulosos profesionales de la magistratura.
Nosotros iletrados, llegado el caso, preocupados sobre todo por lo que consideramos sea más justo y conveniente, que por lo más ajustado a la legalidad con sus triquiñuelas y sus trampas.
6. Pese al dicho paradójico el sentido común es el menos común de los sentidos, el filósofo Descartes señalaba que el buen sentido es la cosa del mundo mejor repartida. Nos permite entendernos unos con otros al margen de la idiosincrasia de cada uno, porque todos participamos de un sentido básico de lo que es correcto, de lo que es lógico o lo que es contradictorio… una cierta racionalidad generalizada, fácilmente comprensible. Así como tantos deseos, sentimientos, necesidades y aspiraciones fundamentales comunes a los humanos.
7. Más allá (o más acá) de los discursos alambicados, las argumentaciones capciosas, los razonamientos traídos por los pelos, de que echamos mano y a los que nos agarramos como a clavo ardiendo para llevar el agua a nuestro molino y justificar lo injustificable, lo que a todas luces no se sostiene por sí mismo… ¿por qué no nos atenemos, en cambio, simple y llanamente al sentido común, a ese discurrir al hilo de una lógica cabal, a todas luces inteligible, a ese llamar a las cosas por su nombre, sin artificios que las enmascaren, sin inconfesables segundas intenciones, laberintos de confusión y desencuentro?
8. El sentido común templa las ideologías y las pone en su sitio para que no se absoluticen.
El sentido común pone pie a tierra a las utopías y les sujeta las bridas para que no se desboquen.
Así, ideologías y utopías se ven obligadas a considerar en sus proyectos: ¿son realmente viables? ¿a costa de qué, a costa de quiénes? ¿para lograr qué?
Y, en consecuencia, replantearse sus pretensiones, si procede.
9. El sentido común, la consciencia de lo que nos es común y la confluencia de los intereses particulares en un mismo sentir común, es el fundamento, el requisito y el talante que posibilitan la democracia.
La búsqueda de lo que nos es común a todos y la defensa de ese núcleo común compartido unánimemente constituye la “res-pública”, nos hace pueblo, gente a favor de la gente.
10. El sentido común busca por su propia naturaleza el bien común; con gran sentido de la realidad y con mucho sentido práctico, el ejercicio de estos sentidos crea buen entendimiento y facilita la convivencia, evitando confrontaciones estériles y aunando esfuerzos… Bien mirado, qué más se puede pedir, ¿no?
NOTAS
A modo de justificación: Últimamente se escribe mucho sobre la mente y el cerebro, la inteligencia emocional y otras inteligencias importantes. Yo he querido dedicar este Decálogo al humilde y tan necesario sentido común, al que poca atención se le presta. Con tan sólo una pizca de sentido común se ahorra uno muchos malentendidos y decisiones equivocadas, ¿no te parece?
Joaquín Suárez Bautista
Colaborador de la revista Crítica - Decálogo -.

La inteligencia humana
¿Qué nos convierte en una especie inteligente? ¿Qué serie de procesos han desembocado en ello? Porque se ha puesto de manifiesto de forma repetida cuáles son las diferentes inteligencias: la interpersonal/ intrapersonal, musical, espacial, lingüística, lógica matemática, naturalista y corporal cinestésica, CRÍTICA, en éste número atraviesa la barrera de su enumeración y definición para comprender qué suponen realmente y el valor del equilibrio entre todas ellas. Acompáñenos a un viaje al interior de nuestro cerebro, responsable de todas las manifestaciones humanas.
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