La propuesta budista

“Es preciso comprender
la íntima relación
entre causas y efectos.” (Buda)
1. Constatación del sufrimiento
El hecho mismo de existir conlleva sufrimientos ligados al nacer, al envejecer, al morir.
Nacer, en cualquiera de los órdenes, implica siempre ruptura, y la consiguiente desorientación y ansiedad, indefensión y desamparo.
Envejecer, aunque fuera llevadero, implica siempre decadencia derivada del abandono progresivo de las energías vitales físicas y psíquicas.
Morir, propio de nuestra constitución caduca, implica siempre destrucción, agotamiento del tiempo disponible y disgregación del yo.
Nuestra casa común: La Tierra

“El ser humano se sitúa sobre las cosas,
en lugar de sentirse al lado y con ellas
en una inmensa comunidad planetaria y cósmica.”
Leonardo Boff
1. Seamos razonables
Hay muchas maneras inéditas de desarrollo y de conservación, muchas formas de disponer y de gestionar nuestro espacio vital, mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia,
en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra. (Leonardo Boff)
Y también mil sinrazones para justificar lo injustificable.
Caer en la cuenta

Las originales intuiciones
que deja caer como si tal cosa
nos hacen caer en la cuenta.
Cf.: Wislawa Szymborska,
“Paisaje con grano de arena” (Ed. Lumen) traducción de Ana María Moix y Jerzy Slawomirski
Las buenas intenciones

Las buenas intenciones
que expresan decisión y empeño de realizar
las aspiraciones y esperanzas… no sobran.
Las buenas intenciones
que se quedan en retóricas inoperantes
y brindis al sol… no bastan.
1. Los derechos
Cualquier ser humano posee derechos inalienables y sagrados.
(Constitución francesa, 1946)
La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes.
(Constitución española, 1978)
La dignidad del hombre es sagrada.
El pueblo alemán reconoce, en consecuencia, los derechos inviolables e inalienables
del hombre.
(Constitución alemana, 1949)
Los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida.
(Constitución uruguaya, 1997)
Los miedos de siempre

1. Miedos infantiles.
“Lo vi en el cine: el niño, en la película, descubre que tiene miedo y se alegra.
No de tenerlo sino de haber aprendido que a lo que siente se le llama miedo.
O que la palabra miedo que tantas veces ha oído, es eso que ahora lo sacude.”
(del poema de Cèlia Sànchez-Mústich, “Interior de palabra”)
Cuando descubrimos la emoción del miedo, la sensación de pasar miedo.
Miedos que nos hacen menos incautos y confiados ante posibles peligros.