La familia bien, gracias

¿Cómo trata a la familia la televisión?
¿Cómo la trata la publicidad?
Algunos casos, a modo de síntomas.
Seguimos sin saber si fue antes la gallina o el huevo. Tampoco sabemos muy bien si la naturaleza imita al arte. En todo caso eso debió ocurrir aproximadamente hasta finales del s.XIX, que luego vaya usted a saber ya que la naturaleza, generalmente hermosa, se resiste a la calificación de adefesio que cuadra tan exactamente con algunos productos llamados artísticos.
Por supuesto, no está nada claro si la televisión refleja la realidad social o ésta es un producto de lo que se "inventa" en la tele. Es cierto que la televisión tiene un enorme poder para influir en usos, costumbres y comportamientos, pero también es cierto que vive de la publicidad y a ésta no le gusta demasiado arriesgar proponiendo modelos que no estén aceptados, al menos, por un sector de potenciales compradores lo suficientemente rentable. Un círculo seguramente vicioso: no sabemos si las familias de hoy son "así" porque así las modela la televisión o si las series de familia de la tele son "así" porque así es la gente.
Reciclar bien... ¿Y dónde pongo esto?

Miró la esponja que llevaba en la mano y se detuvo indecisa ante el teléfono…
–Hija, Antoñita ¿qué hago con una esponja bastante roñosa? –Abuela, tirarla, ¿qué te pasa? –Nada, sólo que eso iba a hacer y no sé si ponerla con la basura orgánica o con los envases...
Ahora quien dudó fue la nieta de Mercedes: desde luego, una esponja de material sintético no es basura orgánica y tampoco equivale a un tetrabrik, una lata, un envase de agua mineral... y la abuela, siempre perfeccionista y un tanto escrupulosa, empezaba a marearla con consultas sobre reciclado que no siempre acertaba a resolver. Siguió Mercedes: –Ayer vino tu hermana con el bebé y le cambió los pañales, me dejó uno lleno de caca y lo puse en el cubo de la orgánica. –Vale, eso está bien, no lo llames más “basura orgánica”, es el cubo de “restos”, pon ahí también la esponja, pero mira, lo que no sepas déjalo en una bolsa y me pasaré por ahí para ayudarte a separar.
Mujeres y hombres, ¿los mismos miedos?

Se me ocurrió, al comenzar a pensar en este artículo, que sería bueno hacer una pequeña encuesta entre varones y mujeres. Nada científica pues no contaba con más de diez participantes de cada sexo y además no soy socióloga ni experta. Al menos, me dije, tendré algún dato real… ¿Real? Pues no, por una razón patentada por el “Doctor House”: todos mienten. Y sospecho que ellos más que ellas.
Hay miedos que la mayoría de los varones no reconocerá aunque la encuesta sea anónima y con garantía bajo juramento de que su nombre no aparecerá escrito en ninguna parte. Y hay miedos sentidos por las mujeres y reconocidos con alguna reticencia. De cuáles son esos miedos y en qué son diferentes, trataremos, pese a todo, a partir de esas respuestas.
Iconos femeninos de nuestro tiempo

JANE GOODALL. Londres, 1934. Naturalista
Ha dedicado su vida al estudio del comportamiento de los chimpancés en África y a educar y promover estilos de vida más sostenibles en todo el planeta. Sus observaciones y descubrimientos le han convertido en la mujer científica más conocida del siglo XX. Ha recibido más de 100 premios internacionales –entre ellos el Príncipe de Asturias, 2003– y más de 40 doctorados Honoris Causa. También ha sido galardonada como Embajadora de la Paz por las Naciones Unidas.
CARMEN MARTÍN GAITE. Salamanca, 1925 – Madrid, 2000. Escritora
Publicó su primera novela en 1955 que ya resultó premiada, continuando desde entonces una carrera de éxito de crítica y público. En 1970, se doctoró en la Universidad de Madrid. Ejerció como traductora, guionista de televisión y crítica literaria en Diario 16. Entre otros premios, recibió el Nadal en 1957, el Nacional de Literatura en la modalidad de narrativa en 1978, el Príncipe de Asturias de las Letras en 1988 y el Nacional de las Letras Españolas en 1994.